viernes, 29 de abril de 2016

Fear.

No sé que va a salir de aquí. No sé ni siquiera que es lo que tengo ahora mismo dentro de mi cabeza.

Estoy llegando a mi limite. No puedo más con todas las cosas que me rodean. El miedo, el susto, la presión, el agobio y que mi autoestima esté más baja que nunca.

Sé que siempre he sido un inseguro y un miedica. Y que a veces puedo llegar a ser el tío más pesado y dependiente del mundo. Pero... Es que... Tengo una puta lucha interna. ¿Sabes lo que es estar peleándose todo el rato dentro de uno mismo? Siempre estoy reprimiendo el hecho de decirte que te quedes o que necesito algo, el preguntar o estar todo el rato encima porque llego a pensar que soy agobiante, que soy irritante...

Me da miedo el ponerme a pensar que se cansará de mi en cuanto convivamos juntos. Porque como ya he dicho tengo una disputa interna dentro de mí.

Me pongo a pensar detenidamente en lo que puedo aportar a la vida de alguien y me pongo a pensar en lo que he sentido siempre sobre mí. Que no soy nada. Ni destaco ni creo que merezca la pena mantenerme en la vida. ¿Para qué? Intento ser mejor persona, mejor conmigo mismo y una versión mejor de yo. Pero... Creo que no puedo, por mucho que quiera. No hay una versión mejor mía o una versión en la que yo sea capaz de superar mis inseguridades y miedos. No ahora.

No creo que sea capaz cuando estoy dividido. Con el cuerpo en un sitio y la mente en otro. Cuando tengo la necesidad de estar con ella. Aunque he intentado explicarlo más de una vez creo que soy capaz de hacerlo con claridad. ¿Por qué? Creo que es difícil de explicar lo que entiendo por amor, lo que entiendo por amor verdadero. Por lo que siento ahora mismo por ella.

¿Sabéis u os imagináis por lo que es encontrar a tu alma gemela? Simplemente yo lo sé. Encuentras a esa persona con la que ser tu mismo, con la que sientes la necesidad de pasar el resto de tu vida con ella. Incluso estoy empezando a querer ser padre. En otras palabras... Sin ella no soy yo.

Pero volviendo a lo que me concierne. Tengo miedo de asustarla, de ver que soy todo lo contrario a lo que ella ve. No sé. Tengo miedo de defraudarla, decepcionarla o no sé... No ser lo que ella espera... No quiero perderla.

martes, 2 de febrero de 2016

2 de Febrero.

Estoy cansado. Cansado de despertarme sólo en mitad de la noche buscándote porque te echo de menos. Cansado de que pasen los días y no pueda besarte nada más despertar. Estoy cansado de estar sólo, sin ti.

Quiero no tener que obligar al tiempo a pasar, quiero detenerlo junto a ti, quiero vivir una y otra vez el mismo día, el mismo momento. Quiero poder abrazarte cuando menos te lo esperes, cuando duermas, cuanto te despiertas.

No quiero soñarte una y otra vez y levantarme triste porque ha sido un sueño. No quiero tener que echarte de menos, porque significará que siempre estoy a tu lado. No quiero vivir ni un día más con esta sensación de vacío que poco a poco se va apoderando de mí. No quiero estar así. Te quiero a ti.

Pero... Sé que es imposible que mucha de las tantas cosas que quiero se hagan realidad ahora. Que se cumplan a la de ya. Por eso quiero pedirte algo que sí se puede cumplir.

Quiero que sonrías, como cuando me miras a los ojos a los pocos segundos de abrirlos. Quiero que sepas y que recuerdes a cada instante de tu día que te llego conmigo, que tengo mil y un motivos cada segundo para recordarte. Quiero que sepas que te amo con locura, como el primer día o incluso con muchísimas más fuerzas. Quiero que sepas también que pronto tu mano dejará de estar sola, que cada vez que camines lo harás conmigo. Y por último quiero que sepas que no hay minuto en el día que no esté agradecido de tenerte, de estar contigo, de formar parte de tu vida.

Y quiero agradecerte que siempre estés ahí. Que seas mi excepción. Y que aunque el cielo se cubra de tormenta sigas siendo la luna que me da cobijo cada una de mis noches.

Te quiero muchísimo Arancha, y nunca seré capaz de demostrarte cuanto te amo, porque es imposible demostrar tanto.

Espero que tu día vaya bien, que tengas cosas que contarme al medio día. Y que siempre que puedas me saques de la cajita en la que me tienes y te acuerdes de mí. Por favor, no me olvides.

Por cierto... Buenos días amor mío. 😳🙊❤

miércoles, 27 de enero de 2016

Strange

Antes de nada quiero preguntarte si has sido feliz estando a mi lado, si he conseguido hacerte olvidar tus problemas por un instante y si he conseguido hacer que durante un tiempo tu mayor preocupación fuera con que te iba a  sorprender. También quiero preguntarte di aún crees en todas las palabras que me has escrito, ya sea por Twitter, blogger o carta.

Y una vez preguntado esto quiero empezar a hablar. ¿Por dónde? Pues creo que lo mejor es por el principio. Sé que esta semana sin duda es la que peor hemos pasado, la que más hemos discutido y la que indudablemente borraría de la historia. Pero por desgracia ni puedo borrarla, ni puedo cambiarla. Sé que puedo llegar a ser muy pesado y que me niego a tener un mínimo espacio de libertad y sé que eso no es bueno para los dos (para ti por tener que esperar a que te hable y para mí por querer tenerte cerca  cada uno de los segundos de mi día.) Y de verdad siento muchísimo de menos ser así, siento no ser capaz de entender que el que no quieras hablar conmigo en ese momento o por cualquier motivo no tiene que significar que te vas a olvidar de mí o que va a ser la última vez que hablemos. Pero me cuesta y trato de evitar esos pensamientos. Soy así de miedica, de inseguro y de gilipollas (para que negarlo). Se me hace muy duro el no tenerte cerca, el no vivir bajo el mismo techo y no poder susurrar lo primero que de nos cruce por la mente. Y siento que el estar lejos de ti me hace entrar en un bucle de inseguridad y de miedo, una espiral de la que me cuesta salir por mucho que lo intente.

Sé de sobra que eres lo mejor que me ha pasado en la vida, que tú me haces feliz y que a pesar de todos los altibajos que tenemos estamos hechos para estar juntos. Y es lo que me jode, que la distancia esté dificultando muchísimo nuestra relación, el nosotros. Y bueno, ya sabes que no estoy dispuesto a rendirme contigo, que no quiero tirar la toalla y que quiero luchar por ti hasta que me muera.

Muchas veces me has preguntado el porqué quiero estar contigo, porque sigo ahí siempre. Pues... Simplemente he elegido estar contigo para siempre porque es lo que me hace sentirme vivo, lo que me hace tener ilusión pese a que haya veces en las que me hunda. Pero no siempre puedo permanecer arriba cuando te veo abajo o cuando se me acumulen mi propio mal estar. Pedirte que estés animada y que tengas ganas de estar bien sé que es imposible y una auténtica locura. Porque no va a pasar tan fácil, porque te conozco, porque sé lo que tienes a tu alrededor y lo que tienes en tu cabecita. Esa cabeza que comete las locuras que me hicieron enamorarme aún más de ti. Y creeme que tengo la necesidad de animarte, de estar a tu lado, abrazarte y susurrarte al oído que conmigo a ti lado no va a pasarte nada, que puede acabarse el mundo que yo haré que tú y yo sigamos adelante. Contigo quiero cumplir los imposibles y romper los límites de lo normal.

No sé. Eres el sueño de mi vida, lo que siempre he querido tener. No sé lo que me pasa contigo, tampoco quiero saberlo. Simplemente lucho por tenerte, por lo que quiero y por lo que sé que quiero que tener siempre.

No sé como te tomarás lo que te digo, pero solo intento decirte lo que pienso, lo que siento y sobre todo... Recordarte que gracias a ti sé lo que es el amor de verdad, lo que es la felicidad y el querer compartirlo todo con alguien. Gracias por darme la vida, y perdoname por todo lo de esta semana, pero sobre todo por no poder abrazarte antes de dormir, ni poder darte un beso de buenas noches. Te quiero muchísimo Arancha Vilar. Y quiero compartir el resto de mi vida contigo.

sábado, 16 de enero de 2016

Adiós.

A quien le importe:

A veces es más fácil irse sin decir adiós y simplemente desaparecer. A veces es más fácil querer dejar de vivir. Y evitar todo el dolor, sufrimiento y mal que hay junto a mí.

No sé como empezar a despedirme o simplemente como decir lo que se supondrían que son mis últimas palabras, porque en verdad no sé cuando llegará a ver la luz. Pero bueno. Supongo que pedir perdón es la mejor manera de empezar.

No estoy orgulloso de como he sido, de cosas que he hecho e incluso he dicho. Pero supongo que lo mejor que puedo hacer es morir. Morir cuando he fastidiado lo único importante que tenía. Por ser un imbécil más que nada. Por ser un mentiroso que tiene miedo de decepcionar pero que lo hace de todas maneras. En definitiva, he sido un fraude, una decepción para todos. So, ¿para qué seguir con eso?

Te das cuenta de que lo único que has hecho en la vida se puede contar con los dedos de la mano. Y que a veces ni siquiera es suficiente para seguir adelante. Creo ser o bueno, creo haber sido una persona luchadora con aquellas cosas que de verdad importaban y que por muchas veces que cayese siempre me levantaba. Hasta que llega el momento en el que ya es tarde para levantarse, en el que no tienes fuerzas.

Si hago un repaso rápido por mi vida está claro que he cometido multitud de errores, la mayor parte de mi vida de hecho. Aunque he hecho bien, o eso creo. Al menos he conocido el amor verdadero aunque lo jodiese al final.  So... Fui feliz. Muy muy feliz. Así que, si lees esto gracias por estar ahí y enseñarme a amar.

jueves, 14 de enero de 2016

Meh.

Días como hoy me pregunto para qué cojones estoy vivo. Si lo único que puedo sacar en claro es que puedo llegar a ser un estorbo. Bueno, y que todo duele aunque pase más de una vez.

Y es que joder. Intento, intento tener muchas veces buena cara, buen humor y buenas palabras. Pero mis únicos pensamientos son de rabia, furia y frustración. Sé que el que te de coraje algo y te enrabiete no es nada bueno. Pero pero aún es mantenerlo callado, guardarlo dentro de ti y dejar que se vaya acumulando. Porque al fin y al cabo acabará explotando. Y puede que hoy, hayan explotado cosas que permanecían ahí guardadas.

No es difícil de imaginar la sensación que se tiene cuando uno con toda su buena intención del mundo se dirige a alguien para preguntarle sobre algo que ha visto, leído o que está esperando a que suceda, y que de repente la respuesta que se obtenga sea "uno/a". De verdad, da rabia y enfurece obtener esa respuesta. Porque es como si te acabasen de dar una hostia en toda la cara con una pelota de fútbol. No lo haces para obtener esa respuesta, no preguntas para saber algo que ya sabes, que es uno. Pero meh. Es algo que da igual, detalles que uno deja a un lado por su propia manera de ser. Y quizás es que yo sea especial y/o raro (que seguramente sea eso), pero yo lo veo como una manera de intentar mantener una conversación, como una manera de intentar relajar o levantar las cosas, depende del punto en el que se esté. Y en ese momento en el que te sientes así, directamente te destroza.

Porque no, joder no. Estoy harto y/o cansado de pensar que puede que no sea más que un intermediario entre esa persona y otra que llegará. No me gusta pensar que no valgo nada, que no importo y que todo el mundo estaría mejor si yo no siguiera respirando. Y a veces me dan ganas de dejar de hacerlo, por suerte son pocas y aún no he tenido los huevos de hacer nada. Por cobardía, por el que dirán si encima fracaso en mi intento. Por no preocupar o directamente por no querer que esas personas que hoy en día están a mi lado, a las que le importo (o eso creo) lo pasan mal por yo irme. Aunque eh, quizás todo sea imaginación mía y cuando me mueran hagan una fiesta y se alegren por el haber ido.

Si los fantasmas existen querré ser uno para darme cuenta de lo penoso y lamentable que he sido, por el saber por fin que mi vida no habrá tenido nunca sentido y que todo irá mejor sin mí.

jueves, 10 de diciembre de 2015

Confesión.

Son muchos años los que llevo prolongando este momento. En los que únicamente veía lo bueno de la vida, en lo que pasase lo que pasase siempre intentaba tener una sonrisa sincera en el rostro para todo. No quise ver el mal que era, lo poca cosa que era. Me engañé a mi mismo una y otra vez, me creí que de verdad merecía ser feliz y que era alguien importante en la vida. Que esta me tenía algo preparado, algo por lo que merecía vivir. Pero hoy vuelvo a ver todo lo negativo que he evitado estos años.

He sido siempre alguien que jamás ha creído que no era alguien en la vida, que todo el mundo, todo, estaría siempre delante suya, que sería mejor que él. Siempre he sido un don nadie, un cero a la izquierda y me negué a verlo. Dejé que la ilusión y las ganas de querer vivir se apoderaran hasta de mis propios pensamientos. Pero a medida que pasan las cosas y el tiempo vuelvo a darme cuenta de que el mundo estaría muchísimo mejor sin mí. De que lo único bueno que puedo hacer por él es desaparecer. Porque cuando ni siquiera puedo ayudar a la persona que más quiero, cuando me doy cuenta de que no soy motivo suficiente para sacar una sonrisa. Sé que me he equivocado en la vida, que he hecho cosas que puedo considerar mis grandes errores. Pero, me cuesta volver a ser el hombre que he sido. El chico que siempre sonreía y que buscaba el lado bueno de las cosas.

No puedo más. No puedo. Vuelvo a caer en la espiral que me lleva a querer morirme, a no querer molestar a nadie. A ser un hombre sin nada. Dentro de una armadura, inalcanzable para el mundo. El chico borde que siempre respondía con mal tono. Porque... ¿Para qué? Es una pérdida de tiempo que el resto del mundo gaste un misero segundo en preocuparse por mí. No merece la pena. No merezco la pena. Sólo soy un inútil que da palos de ciego en la vida. Que no creía que llegase a enamorarse y que cuando lo ha conseguido sabe que quiere perderlo, que no quiere perderla.

Peco de confianza en muchas ocasiones y en muchas más de palabrería. Porque sí, mis palabras en muchas ocasiones pueden traer tanto reacciones como buenas. Peco de saber vivir cuando como aquel que dice aún no he dejado de mamar del pecho de mi madre. Cuando ni siquiera sé vivir por mi cuenta. Peco de iluso. Pienso que en la mayoría de ocasiones no tiene porqué haber mal detrás de una acción. Que si yo hago las cosas con una intención siempre se va a ver esa intención. Pero, ya da igual. Sólo tengo ganas de encerrarme en mi armadura y esperar a que la muerte me llegue.

Ya dejé de temerla y esperé placenteramente a que llegase. ¿Por qué no volver a hacerlo? ¿Por qué no vivir sin más en una vida vacía? Es triste, patético e incluso en ocasiones cómico. Mi vida es una broma de mal gusto que quien sea que la gobierne se está quedando jodidamente a gusto. Y es que... Joder. Noto como la única cosa que me importa se resbala de entre mis manos e intento agarrarla con fuerza pero no puedo. No puedo. Se escapa, se escurre y temo que acabe por irse.

Y da igual si estas palabras no son creídas, si simplemente se quedan en lo que son, palabras. Pero de verdad te necesito, y tú sabes quien eres. Aunque creas que no haces nada en mi vida, aunque pienses que me conformo o simplemente creas que puede haber alguien mejor. Te equivocas.

Mantienes unidos los pedazos de mi vida, le das un sentido y por encima de todo. Le has dado una razón por la que seguir cuerdo, por la que seguir óptimista. Sin ti sé que me habría rendido mucho antes. Que habría tirado la toalla y habría vuelto a mis hábitos de soledad. Que me habría refugiado en mi "cueva" en el rincón donde no tengo que mantener contacto alguno con la gente. Dónde lo único que tengo delante es una pantalla, un teclado y algún que otro videojuego. No quiero ser eso de nuevo, no quiero dar un paso atrás y caer. No quiero.

viernes, 23 de octubre de 2015

Y así es como conocí a vuestra madre.

"Y así es como conocí a vuestra madre." Esas son las palabras con las que empezaré este post, con las que algún día empezaré una charla con mis hijos. Y es que hay dos historias que contar para decir como conocí a la que será la madre de mis hijos.

La primera parte de la historia se basa prácticamente en como la conocí, en como empezó todo. Y es que la conocí primero como persona, me enamoré de ella antes de ver esa sonrisa que me quita todos los males. Y es que la conocí con su seudónimo preferido, Arhy. Todo empezó cuando un día cualquiera en Whisper of Locket (para quien no lo sepa, es un foro RPG de rol basado en la saga de Harry Potter) cuando apareció ella. Llevaba puesto como avatar a la actriz que hace de Octavia en la serie "The 100". Entró en la Chat Box y preguntó si alguien podía ayudarla a colocar una imagen en la ficha del personaje. Y como no pude negarme me ofrecí a ello. Tengo que decir que aún no soy capaz de decir que fue lo que me impulsó a querer ayudarla, pero lo hice y lo agradezco muchísimo.

Después de ayudarla y hablar cosas sin importancia por la Chat Box me enteré de que trabajaba con niños a media jornada. Con el tiempo, no demasiado tengo que admitir, decidí enviarle un mensaje privado para saber como le estaban yendo los días y que tal se portaban los pequeñajos que tenía a su cargo. Charlas sin importancia que me permitieron poco a poco saber de ella, a querer conocerla más. En definitiva, empecé a engancharme a ella y a querer hablar a cada instante que podía. Y poco a poco sucedió. Empezamos a hablar más y a cada cosa que sabía mi corazón daba un vuelco, me gritaba que debía seguir, que quería saber más.

¿Y qué pasó? Que comienzamos a hablar a todas horas, que nos quedábamos hasta que el sol volvía a salir sin importar si al día siguiente teníamos que ir a trabajar o a hacer cualquier cosa. De buenas a primeras se convirtió en mi droga, en mi heroína, en lo único que mi cuerpo pedía a gritos, lo único que pide aún pide a gritos. Así que pensé y escuché a mi corazón. Tuve muchos debates internos para saber si tenía que arriesgarme, si merecía la pena. Y si os soy sincero, aunque podía haberme estampado contra la pared y recibir calabazas... Lo volvería a hacer.

Aún recuerdo la noche en la que le pedí salir. Pasó justo después de que una loca psicótica me enviase una "carta" en la que 3 de cada 2 palabras eran cosas sin sentido alguno. Pero no hablaré de eso. Las locas desquiciadas es mejor dejarlas en el olvido. Lo único que saqué bueno de eso es a la futura madre de mis hijos, y el saber que aunque aún no estábamos juntos tenía celos de otras personas. ¿Es raro que me resultase mono aquello? Me da igual. Porque desde esa madrugada del 1 de Junio del 2015 soy el hombre más feliz de la faz de la tierra. ¿Por qué? Pues porque aunque estuviéramos hablando de forma jocosa y las bromas volaran de un lado para otro me armé de valor y le pedí salir. ¿Mi sorpresa? Me dijo que sí.

A partir de ese momento empezó todo, empezó nuestra vida. Aunque podía decirse que la historia acaba. Pero no, solo acaba de empezar. Después de ponerle un nombre a lo que existía entre ambos las ganas de poder vernos se hacían más y más insoportables. Y ella sin importar que tuviera algún plan o no pudiera hacerlo, lo pidió. Me pidió que fuera a verla, y eso hice. Aunque por poco el trabajo impidió que pasase.

Y es aquí cuando empieza la otra parte de la historia, cuando volví a conocerla. Cuando por fin la vi y la conocí en persona.

Tras 8 horas de viaje y una hora perdida en la estación de autobuses de Málaga por fin llegué a Murcia. Aún me quedaba ir al pueblo donde ella donde ella vive. No había autobuses y sinceramente me encontraba tan nervioso e impaciente que no sé como llegué a decirle de manera correcta la dirección al taxista. Recuerdo como mi corazón se aceleraba y buscaba a tientas con la mirada las calles que ella me había enseñado por Google Maps, los edificios que habíamos visto juntos para saber que cerca se encontraba su casa. Pero hasta que el taxi no paró no supe donde estaba. Tengo que reconocer que no me creía que estuviese allí, que era un sueño pese a que yo había cogido el autobús para ir a verla. Aunque... Jamás podré olvidar su reacción nada más verme. Aún no me había bajado del taxi cuando desvió la mirada hacia abajo. Allí estaba ella, cohibida por los nervios pero a la vez tan adorable que no quería romper el momento. Pero lo hice. La agarré, la levanté y la miré a los ojos para besarla. Así es como conocí a la madre de mis hijos, así es como lo imposible se volvió posible y el sueño se hizo realidad.

Pero hay algo que aún ella no sabe, algo que desconoce. Y es que poco a poco, día tras día consigue que me enamore aún más. Consigue que olvide la mayor parte de mis problemas y mantenga una leve sonrisa en mi rostro. Y es que la felicidad que sólo ella sabe darme es algo que necesito cada día un más. La quiero, la amo y no lo sabe, pero... Siempre me enamorará.